En su última presentación Louis Vuitton colección Prefall 2024, la firma francesa no solo nos trajo una muestra en homenaje a los diez años de Nicolas Ghesquière como director creativo, sino que nos transportó a un nuevo capítulo en la historia de una de las casas de moda más influyentes del mundo. El escenario elegido, el Long Museum de Shanghái, fue el lienzo perfecto para esta obra maestra de la moda, donde cada pieza se convirtió en un cuadro vivo de elegancia y creatividad.
Desde el momento en que se puso un pie en el Long Museum, se podía sentir la atmósfera cargada de arte y sofisticación. El diseño del museo, obra de Atelier Deshaus, en el distrito artístico ribereño de West Bund, sirvió como escenografía imponente para la exhibición de la colección. La colaboración con el talentoso artista Sun Yitian agregó una capa adicional de profundidad y originalidad a la propuesta, con sus obras minuciosamente detalladas de animales de plástico inflados que se fusionaron de manera armoniosa con los diseños de la casa de modas.
La década de creatividad y visión de Nicolas Ghesquière se vio reflejada en cada prenda, con ecos de diseños anteriores que se entrelazaban con una nueva libertad de tono y formas atrevidas. La exuberancia de colores y la alegría presente en cada conjunto transmitían la energía estilística vibrante de la juventud china, mientras que la colaboración con Sun Yitian daba vida a siluetas contrastadas con su encantador bestiario figurativo.
La colección Pre-Otoño 2024 desafió las convenciones de la moda con su juego de contrastes y audacia, donde lo corto se enfrentaba a lo largo, lo audaz a lo refinado. Los estampados opuestos lograron fusionarse de forma inesperada, creando una armonía única que subrayaba la filosofía de Ghesquière sobre la moda como algo familiar pero siempre sorprendente.
Los accesorios fueron protagonistas en esta saga de innovación y estilo, añadiendo capítulos nuevos y evolucionados a la historia de la casa. Desde la clásica Petite Malle hasta el moderno Slim Trunk, cada bolso contaba su propia historia dentro de la narrativa general de la colección, marcando un hito en la continua evolución de la marca.
La colaboración con el Museo Long y los coleccionistas Liu Yiqian y Wang Wei añadió una dimensión cultural y artística a la presentación, conectando la moda con el arte en un diálogo enriquecedor y estimulante. Sun Yitian logró no solo complementar las siluetas de Ghesquière, sino también infundirles una modernidad y rebeldía que elevaron la propuesta a un nivel superior.
La decisión de llevar los ‘Louis Vuitton Voyager Show’ a lugares excepcionales de todo el mundo demuestra la voluntad de la maison de abrazar el espíritu viajero y aventurero en cada una de sus presentaciones. Cada desfile es una historia de descubrimiento y viaje, una oportunidad para explorar nuevas fronteras creativas y emocionales.
La mezcla de chic con utilitarismo se materializa en chalecos multibolsillos con siluetas de vanguardia. Seguidamente, prendas de mangas abullonadas y cinturas ultra ceñidas constituyen sus looks más comedidos. Eso, claro, hasta que llegamos a la parte floral con sus estampados a todo color y cortes asimétricos y escotados. Las faldas de frunces y su característica sastrería deconstruida también se hacen sentir dentro de la colección. Y todo esto nos lleva a sus looks de noche: vestidos con bajos abullonados en forma de globo con lazos en el pecho. Un abrigo con apliques metálicos también emula esta silueta.
Para Louis Vuitton, la marca de lujo más grande del grupo LVMH, China continúa representando una de las oportunidades de lujo más importantes del mundo, incluso ante la desaceleración económica mundial, los consumidores chinos obstaculizan la crisis y aportan al crecimiento.